viernes, 4 de agosto de 2017

Trump y su preferencia

La publicación de una “conversación” telefónica entre Peña y Trump (que ya había sido difundida hace algunos meses), muestra, pese a lo que se quiera decir, el inmenso desprecio del “mandatario” estadounidense por México, por los mexicanos y por las “instituciones” mexicanas; muestra de cuerpo entero el vilipendio de él y de gran parte de las estructuras gubernamentales norteamericanas hacia nuestro pueblo y nuestra soberanía.

En el texto hay tres momentos en que Trump trata de manera despectiva a México y a sus instituciones, cuando envilece o menosprecia al Ejército (que pese a todo ha mantenido niveles de aprobación muy por arriba de otras figuras públicas nacionales); cuando le “comunica” a peñajo algo así como: “quiero que seas tan popular que tu pueblo te aclame” y, cuando de manera directa le increpa a Peña respecto de cómo debe tratar el tema del pago del muro.

Dejando de lado la conversación y pasando a la interpretación que los “analistas” dan, den o intentan dar a la misma, me llama la atención como cada uno acomoda la o las partes de la transcripción, a manera de decirnos lo bien o lo mal que le fue a Peña; pero poco nos dicen del trato que Trump dio a México y a sus “instituciones

Ya en mayo, Andrés Oppenheimer en un artículo publicado en Miami Herald, muestra su natural preocupación, que además parece ser compartida (en ese artículo) por Jorge Castañeda y por otras personalidades desde entonces; pues resulta inobjetable que la relación de aprobación de Peña respecto de las actitudes groseras, insolentes y hasta despectivas de Trump han sido inversamente proporcionales a sus niveles de popularidad.
También resulta irrefutable que ante los eventos locales de corrupción e impunidad y la incapacidad de las estructuras procuradoras y administradoras de justicia muestran para castigar a los culpables y la indolencia de las estructuras administrativas federales para hacer su trabajo; los niveles de desencanto, de alejamiento y hasta de encabronamiento poblacional han aumentado de manera constante y sistemática.

Pero a ello hay que agregar la “extradición” de Guzmán Loera y la “entrega” del “minilic” a la autoridad federal norteamericana, que hace tratos, que obtiene información a cambio de condenas, que procesa información para su beneficio y que seguramente ya está conjuntando los expedientes de connivencia entre las estructuras criminales (ilegales y legales) para hacer frente a los embates que vienen en las negociaciones comerciales.
Pues hay que recordar que, entre los improperios y denuestos realizados por Trump en campaña, lanzó aquella frase en la que señalaba que la corrupción de las estructuras gubernamentales mexicanas, propiciaban por una parte la migración y por otra la pérdida de interés empresarial y los aumentos de costos inherentes a los norteamericanos.
Trump tiene claro que la relación con México, con una estructura gubernamental podrida, con un gobierno corrupto e indolente, es mucho poco productiva y ya está apostando al resquebrajamiento de ella.

Para Oppenheimer como para otros muchos “analistas” el acenso en la preferencia electoral de López Obrador, es un efecto directo de las injurias y agresiones de Trump a México y los mexicanos; pocos de nuestros aguzados analistas, han considerado la posibilidad de que parte de las estructuras gubernamentales norteamericanas estimen que un cambio de régimen, que ventilar o renovar parte de las estructuras caducas nacionales puede favorecer la relación México-norteamericana.

Una relación no influenciada por viejos vicios, puede generar una nueva capacidad de negociación, puede propiciar la posibilidad de mayor crecimiento económico e intercambio comercial más equitativo; en fin quizá el anquilosamiento del régimen político mexicano ha generado tantos vicios y recovecos que ya resulta poco útil a las estructuras de poder norteamericano.

Pues algo que queda claro es que Trump desprecia a México, a los mexicanos (que no han hecho algo por cambiar su país) y a las instituciones que mantienen el estatus.

SALUD
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