Desde el principio de su administración marcó cinco ejes,
cinco puntos de atención, cinco grandes temas, cinco miras, es decir, cinco cosas
que él consideraba trascendentes para México:
I.
México en Paz
II.
México Incluyente
III.
México con Educación de Calidad
IV.
México Próspero
V.
México con Responsabilidad Global
Ya pasó un año, es por demás la evaluación de cada uno de
esos puntos y quizá sólo apretando el último punto, México ha cumplido a
cabalidad con hacer de nuestro país lo que le interesa a las grandes potencias
(especialmente a los Estados Unidos) que sea, un terreno fértil para producir
mucho y surtir a sus mercados, de bienes de consumo inmediato y de bienes de
consumo intermedio. SALUD
Somos hoy la factoría a precio accesible de refrigeradores y
automóviles para que las clases medias norteamericanas satisfagan parte de su necesidad
de consumo, a costa de las clases más desfavorecidas en México, de esas que se
mueren de hambre por falta incluso de alimento local.
De la paz de México, sólo puedo decir que lejos de avanzar
hacia ella, nos hemos alejado llegar al descarnado diagnóstico de Videgaray que
aseguró apenas ayer: "Hoy en Michoacán, está amenazado el Estado
mexicano, está amenazado el estado de derecho y estamos enfrentando uno de los
grandes retos que tiene la nación"
SALUD
No sólo Michoacán, hoy Guerrero, Oaxaca, Tamaulipas,
Chihuahua (no necesariamente en ese orden) son estados que dentro de sus
características amenazan al Estado mexicano y ponen en riesgo la paz social.
Hoy México, está más polarizado y no hay visos de reversibilidad
en el diagnóstico, no basta el dinero, no es suficiente el dinero, no hay
suficiente dinero que cure las heridas que causa a los mexicanos la violencia
diaria, el pago de piso, la amenaza constante y permanente sobre su patrimonio
y su vida, no hay una ventana de salida y mucho menos una puerta abierta a la
negociación de una paz social.
Del México incluyente lejos, muy lejos de avanzar hacia
allá, la angustiante desigualdad social, la imposibilidad de acceder a mínimos
estándares de satisfacción de necesidades de una cuarta parte de la población
de México y la evidente insatisfacción de niveles de satisfacción personal y
familiar de más de otra tercera parte, hacen que hoy 60 por ciento de la actividad
económica se desarrollo en los márgenes de la ilegalidad.
Del México con educación de calidad, su denominada reforma
educativa, lejos de ser una posibilidad de mejora, resulta en otro factor que
contribuye a la desestabilización de la paz social y de la desigualdad que
priva en el país, son precisamente los educadores de las entidades federativas
más rezagadas, los que con mayor fuerza la impugnan.
Es precisamente esa reforma educativa (ahora ya disminuida a
nivel de reformita laboral) la que además de generar encono social, propicia mayores
desigualdades, al hacer de cada centro educativo un centro “autogestivo”
(terminajo en el que se escudan ahora las autoridades municipales) que
responsabiliza a la comunidad educativa (léase padres de familia) del
mantenimiento del inmueble. Carga que
responde a la “modernidad” de México, pero está muy lejos de la posibilidad de
los mexicanos.
México próspero (SALUD),
con una economía detenida, bajo una polarización social in crescendo y la paz
llegando a niveles de terror social que sólo se puede esperar exactamente lo
contrario a la prosperidad, pese a su “pacto por México” que también se
sustentaba en cinco premisas:
- Sociedad de Derechos y Libertades.
- Crecimiento Económico, Empleo y Competitividad.
- Seguridad y Justicia.
- Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción.
- Gobernabilidad Democrática.
Ahí en ese entramado de frases bonitas y buenos deseo, ahí
en una administración llena de reflectores y de anuncios mediáticos, ahí se
queda el primer año de gobierno.
SALUD
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